Cañas de pescar

Existen diversas modalidades de pesca, cada una adaptada a diferentes entornos y tipos de peces. Las principales incluyen:

Pesca de agua dulce: Se practica en ríos, lagos y embalses, y puede incluir técnicas como el spinning, la pesca al coup, o la pesca con mosca (fly fishing).

Pesca de agua salada: Realizada en el mar, puede ser desde la orilla (surfcasting) o embarcado. Incluye modalidades como jigging, trolling, o spinning marino.

Pesca al lanzado (spinning): Consiste en lanzar y recoger un señuelo artificial, imitando el movimiento de un pez.

Pesca con mosca (fly fishing): Utiliza señuelos ligeros (moscas artificiales) que se lanzan con una línea especial y una caña de mosca.

Pesca de fondo o surfcasting: Se practica desde la orilla, lanzando el cebo lo más lejos posible, buscando peces que habitan cerca del fondo.

Jigging: Técnica vertical desde embarcación, utilizando señuelos pesados que se mueven de forma irregular para atraer a los peces.

Las medidas de las cañas de pescar pueden variar ampliamente según la modalidad de pesca, pero las más habituales son:

Cañas de lanzado (spinning): Suelen medir entre 1,8 y 3 metros (6 a 10 pies).

Cañas de mosca (fly fishing): Las longitudes estándar varían entre 2,4 y 3 metros (8 a 10 pies).

Cañas de surfcasting: Son más largas, oscilando entre 3,6 y 4,8 metros (12 a 16 pies), para permitir lanzamientos más largos.

Cañas para pesca de embarcación: Generalmente más cortas, entre 1,5 y 2,4 metros (5 a 8 pies), para mejor manejo a bordo.

La acción de una caña de pescar se refiere a la rapidez con la que la caña vuelve a su estado recto después de ser doblada. También indica qué parte de la caña se dobla bajo presión:

Acción rápida: La caña se dobla principalmente cerca de la punta. Ofrece mayor sensibilidad y es ideal para señuelos artificiales.

Acción media: Se dobla en la mitad superior, proporcionando un equilibrio entre sensibilidad y flexibilidad.

Acción lenta: Se dobla a lo largo de toda su longitud, lo que ofrece mayor flexibilidad para lanzamientos suaves y es ideal para principiantes.

Una caña de pescar típica se compone de varias partes principales:

Blank: El cuerpo principal de la caña, generalmente hecho de fibra de carbono, fibra de vidrio o una combinación de ambos.

Anillas o guías: Aros por donde pasa la línea de pesca, distribuidos a lo largo del blank.

Portacarretes: El lugar donde se asegura el carrete a la caña.

Mango o empuñadura: Hecho de corcho o EVA (etileno-acetato de vinilo) para un agarre cómodo.

Punta o tip: La parte más fina y flexible de la caña, esencial para detectar picadas.

Talón: El extremo inferior de la caña, opuesto a la punta, que a menudo se apoya en el cuerpo para aumentar la fuerza de lanzamiento.